¿Por qué Bolivia no es una democracia consolidada, habiendo transcurrido 25 años de gobiernos electos ininterrumpidamente?
Bolivia está compuesta mayoritariamente por sociedades multilingües y pluriculturales, como reza el artículo 1° de la actual constitución boliviana, lo que complica la política, porque un acuerdo en los valores fundamentales de la democracia son más difíciles de lograr.
Por eso es que han tenido lugar muchas rupturas políticas de las normas, prácticas e instituciones democráticas desde 1825, cuando se fundó la república[1]. Actualmente, en los últimos seis años ha habido seis diferentes presidentes de la república.
En Bolivia existen 35 naciones diferentes, siendo la principal la nación aymara[2]. El resto de la población, que no pertenece a estas nacionalidades, es mestiza.
Bolivia no es una democracia consolidada actualmente ya que importantes líderes políticos han adherido a la violencia y han apoyado alternativas “anti-sistema” desde el año 2000. Actualmente existe la posibilidad de que la democracia se quiebre.
En estos momentos en Bolivia se reúne una asamblea constituyente que debe refundar las bases del estado. La nueva constitución que surja de aquella asamblea, debe definir claramente un nuevo estado que ayude a consolidar la democracia, tomando en cuenta la diversidad de la sociedad boliviana[3].
Históricamente, el estado-nación en Bolivia creó políticas públicas educativas, del servicio civil y militares, diseñadas para reprimir y eliminar el plurilingüismo y el multiculturalismo. Esta es la idea jacobina de la nación unie et indivisible.
Esto fue claramente lo que sucedió en el proceso que siguió a la revolución de 1952 cuando el estado trató de, por ejemplo, erradicar el analfabetismo educando a las personas solo en español.
La presencia del estado en Bolivia ha estado muy centralizada en La Paz (sede de los poderes ejecutivo y legislativo), e incluso ahora, el gobierno central gestiona más del 70% de los recursos públicos, impidiendo a las diferentes regiones y pueblos indígenas gestionar sus propios presupuestos y recursos.
¿Cómo puede una democracia ser alcanzada en un estado multinacional, plurilingüe y multicultural como Bolivia?
Observando a países similares a Bolivia, encontraremos que en estados multinacionales, el federalismo es la mejor opción para consolidar la democracia. Las mejores democracias consolidadas en estados multinacionales son las de países federales.
En un estado multinacional como Bolivia, las posibilidades para consolidar la democracia se incrementan por políticas estatales que garanticen un manto común de ciudadanía inclusiva y equitativa y refuercen los derechos individuales: el federalismo es la mejor opción.
Una viva e independiente sociedad civil, una sociedad política con suficiente autonomía y consensos sobre procedimientos de gobernanza, constitucionalismo y régimen legal son prácticamente prerrequisitos definitorios de una democracia consolidada[1]. Una débil presencia en gran parte del territorio, en la que los ciudadanos no pueden demandar efectivamente que sus derechos básicos sean respetados, es un gran problema en Bolivia donde el estado se encuentra muy centralizado en La Paz.
La nación por sí misma no tiene ninguna característica organizacional comparable con las que sí tiene el estado. No tiene autonomía, ni agentes, ni leyes, solo los recursos derivados de la identificación psicológica de las personas que la constituyen. Puede haber muchas naciones dentro de un estado, como sucede en Bolivia, que es lo que conocemos como estados multinacionales.
La política de un estado-nación tiene una lógica diferente de la de uno democrático. La política de un estado-nación es una en la cual “las políticas estatales nacionalizantes” tienen como propósito incrementar la homogeneidad cultural. Conciente o inconcientemente desde 1825, cuando el estado boliviano fue fundado, éste debía ser “de y para” la única nación reconocida por los líderes. En la constitución boliviana y en las prácticas políticas, el idioma nacional dominante (español) es el único idioma oficial y es el único idioma aceptable para los negocios del estado y para la educación pública y privada, la religión de la nación (católica) es privilegiada y los símbolos culturales de la nación dominante son también privilegiados en todos los símbolos estatales y en todos los medios de socialización de control estatal como la radio, la televisión y los libros. En contraste, las políticas democráticas en el proceso de creación del estado son aquellas que enfatizan una amplia e inclusiva ciudadanía donde todos los ciudadanos son tratados con los mismos derechos individuales.
Bajo actuales circunstancias cuando los movimientos nacionalistas surgieron aún más después de la caída del muro de Berlín, algunos estados van a empezar una posible consolidación democrática con un alto grado de estado-nación homogéneo.
Existen muchas incongruencias entre las políticas democráticas y las políticas del estado-nación y todas estas incongruencias crean problemas para la consolidación democrática.
En el estado boliviano grupos nacionalistas cuestionan la legitimidad del estado demandando el derecho a la autodeterminación o grupos de “nacionalidad titular” niegan de facto, el carácter multinacional del estado, rechazando cualquier compromiso con otros grupos y excluyéndolos de la ciudadanía completa.
La mayoría -lingüística, religiosa, étnica y cultural- impone sus reglas o concepción del estado en las minorías. Los problemas de “exclusión” de las minorías, de los derechos de ciudadanía completa son también políticamente menos sobresalientes en el contexto de una no-consolidada democracia como la boliviana, porque la gran mayoría también es normalmente excluida de aquellos derechos.
La ciudadanía está relacionada al estado no a las naciones: sin un estado, no puede haber ciudadanía; sin ciudadanía no puede haber democracia.
Ningún estado debería esforzarse por convertirse en un estado-nación y ninguna nación debería convertirse en estado.
El estado multinacional boliviano y la sociedad boliviana deben promover una variedad de instituciones legales apoyadas públicamente, como los medios de comunicación y la educación en diferentes idiomas (español, quechua, aymara y tupí-guaraní), el reconocimiento simbólico de la diversidad cultural, tolerancia legal y política para partidos representando diferentes comunidades, procedimientos y mecanismos políticos: la representación proporcional puede facilitar la representación de las minorías espacialmente dispersas.
La combinación de derechos colectivos de las nacionalidades o minorías y el estado, con los derechos de los individuos totalmente protegidos por el estado.
El federalismo relacionado con el autogobierno de los 9 departamentos del país y de los diferentes grupos étnicos moderará la intensidad de los conflictos en Bolivia y ayudará a hacer a ambos, estado y democracia, más viables.
Actualmente, todos los grupos importantes tienen escritores e intelectuales quienes diseminan las culturas nacionales, donde los sistemas de comunicación han aumentado mucho la posibilidad a emigrantes de permanecer continuamente conectados a sus culturas y donde las modernas normas democráticas aceptan un grado de multiculturalismo y políticas homogeneizantes, que probablemente no serían conducivas a una construcción democrática.
Las personas que viven en Bolivia, deberían, por razones de identidad, disfrutar teniendo múltiples identidades y deberían resistir el movimiento hacia la homogeneización étnica del estado, que se lleva a cabo actualmente desde el gobierno, de igual forma al intento homogeneizador anterior. Las personas son normalmente los primeros objetivos para la coerción por agentes del estado étnico. Actualmente en el mundo hay muchos seres humanos identificados con más de una cultura e historia. Los nacionalistas quieren que las personas abandonen esas identidades duales y elijan. Usualmente inventan o estructuran dicotomías donde no existieron antes.
En Bolivia, la ciudadanía ha sido definida por leyes de nacionalidad ciudadana y no cambiaron en el no-consolidado proceso de democratización. En Bolivia, incluso si algunos nacionalistas extremos negasen la legitimidad del estado boliviano, la cuestión de quien es ciudadano del estado nunca tiene que ser negada por nadie. Cualquier ciudadano boliviano, cualquiera sea su idioma, auto identificación nacional o región de nacimiento tiene que tener derechos políticos y civiles iguales en todo el territorio del estado boliviano.
Junto a esto, la capacidad humana para múltiples y complementarias identidades es precisamente uno de los factores claves que permitirá consolidar la democracia en Bolivia. Pero esto puede frustrarse por el liderazgo político, como el del actual presidente boliviano Evo Morales, quien se auto identifica con solo una nación y cultura, la aymara. Por lo tanto, la calidad del liderazgo democrático es particularmente importante para no caer en conflictos con las identidades.
Las políticas nacionalizantes en cada una de los 5 escenarios de la “polis” muestran algunos progresos:
SOCIEDAD CIVIL
La educación y los medios de comunicación no deberían estar restringidos a un solo idioma mayoritario: en 1994 la reforma a la constitución incluía el reconocimiento a otros idiomas como oficiales y el reconocimiento al derecho de los ciudadanos a aprender en su idioma nativo. Pero el español continúa siendo el único idioma aceptado en los medios de comunicación.
Existe la necesidad de apoyar a las personas que hablan otro idioma a obtener información en su idioma nativo.
SOCIEDAD POLITICA
Leyes de ciudadanía sub-nacional (estatutos de autonomía) podrían llevar a una mayor representación de todas las nacionalidades en cargos políticos electos: en diciembre de 2005, las primeras elecciones para gobernadores de los 9 departamentos del país fue un primer paso en el proceso de descentralización que ayudaría a obtener una mayor representación estatal a las naciones minoritarias, a través de la descentralización de los recursos a las minorías en los departamentos.
BUROCRACIA ESTATAL
Los servicios del estado deberían estar disponibles en todos los idiomas: pero el único idioma utilizado para los asuntos del estado y los servicios públicos es el español. El estado debe brindar sus servicios en todos los idiomas en las todos los departamentos.
IMPERIO DE LA LEY
El sistema legal podría privilegiar a toda una serie de costumbres, prácticas e instituciones del estado-nación: en la nueva constitución debe estar incluida la “justicia comunitaria” de algunas naciones, sin privilegios de ninguna clase y tomando en cuenta los derechos individuales de las personas.
SOCIEDAD ECONÓMICA
Podrían ser dados derechos especiales (o incluso exclusivos) para la redistribución de la tierra: la reforma agraria de 1953 abolió el trabajo forzado y estableció un programa de expropiación y distribución de la propiedad rural de los terratenientes tradicionales a los campesinos indígenas. Pero por falta de apoyo económico estatal para la inversión en las tierras revertidas, el proceso sufrió un retroceso. Es por eso que en 1996 se dictó una nueva ley para sanear todas las tierras del país y revertir al estado, para su posterior redistribución, aquellas tierras improductivas que no cumpliesen una función económico-social.
Se requiere políticas menos mayoritarias y más consensuadas en cada de uno de los escenarios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario