Solo se habla del hasta ahora fracasado proceso de nacionalización de YPFB, pero parece que ahora vamos a empezar a hablar de otras nacionalizaciones fracasadas, como la de ENTEL. Bonadona en este artículo desvela datos estremecedores de la realidad de una de las empresas más grandes en patrimonio y valor de activos de nuestro país. Además, el autor comenta sobre cuentas bancarias no presentadas en el balance, por lo que se percibe que van a empezar a "saltar" casos de corrupción muy pronto, al mejor estilo de YPFB, aunque eso parece difícil de igualar...
DARIO MONASTERIO
Alberto Bonadona Cossío*
En estos momentos es oportuno mirar el estado de Entel como al Estado en Entel. La situación financiera de Entel es la que más puede preocupar ahora a la ciudadanía porque es el Estado el que tiene la propiedad de esta empresa y los resultados que obtiene dan una idea de lo que ocurre con la administración estatal en ésta como en otras empresas nacionalizadas. Los estados financieros auditados de Entel permiten deducir que hay aún desajustes en la nueva administración. El principal aspecto que se destaca de la auditoría realizada por la empresa Price Waterhouse Coopers es: “No expresamos una opinión sobre los estados financieros al 31 de diciembre de 2008”, una terminación que generalmente tiene una connotación negativa porque los auditores no aprueban o desaprueban los estados financieros auditados, sea cual sea la empresa auditada. Lo más serio que pueden concluir acerca de la gestión financiera de una empresa que no cumple las “normas contables generalmente aceptadas” es: “No expresamos una opinión”. Por lo que se ve, hay varios elementos que han inducido a esta negación. Hay partidas pendientes de conciliación con los bancos que no permiten identificar depósitos por Bs 24 millones, que afectan la disponibilidad de dinero que tiene la empresa. Se mencionan distintas diferencias en otras cuentas que deben ser necesariamente conciliadas, así como ajustes ausentes en los inventarios y varias deficiencias en los sistemas de control interno de los activos fijos. También se mencionan aspectos referidos a la no contabilización de “pasivos por contingencias fiscales por aproximadamente Bs 864.000.000; contingencias laborales por aproximadamente Bs 16.700.000; y contingencias civiles por Bs 385.000, que, según la Gerencia de Asuntos Legales y Societarios, tienen la posibilidad de finalización poco probable a favor de la empresa”. Esta forma de “posibilidades poco probables” muestra una vieja y consolidada práctica de perder juicios de las entidades públicas, aunque tengan la razón, debido a que ellas incluyen jugosas sumas de costas legales. Ésta no es la única “posibilidad poco probable”, hay otra con la Superintendencia de Telecomunicaciones por Bs 10.800.000. Entre otros aspectos no dilucidados, la auditoría se refiere a que todavía no se ha resuelto el pago reclamado por Euro Telecom International NV por la liquidación final con esta empresa extranjera. Queda pendiente el arbitraje en el que Bolivia no acepta la participación del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) por no considerarlo imparcial. Son $us 350 millones por esclarecer. Finalmente, los resultados muestran que la empresa Entel nacionalizada ha obtenido menos utilidades en 2008 que en 2009, diferencia que se aproxima a $us 30 millones. Si ésta es la forma en que se esperaba retener los recursos en Bolivia en vez de que se los lleve una transnacional, no es un objetivo que se esté logrando eficientemente y así no se da la mejor cara a la nacionalización.
* Economista
En estos momentos es oportuno mirar el estado de Entel como al Estado en Entel. La situación financiera de Entel es la que más puede preocupar ahora a la ciudadanía porque es el Estado el que tiene la propiedad de esta empresa y los resultados que obtiene dan una idea de lo que ocurre con la administración estatal en ésta como en otras empresas nacionalizadas. Los estados financieros auditados de Entel permiten deducir que hay aún desajustes en la nueva administración. El principal aspecto que se destaca de la auditoría realizada por la empresa Price Waterhouse Coopers es: “No expresamos una opinión sobre los estados financieros al 31 de diciembre de 2008”, una terminación que generalmente tiene una connotación negativa porque los auditores no aprueban o desaprueban los estados financieros auditados, sea cual sea la empresa auditada. Lo más serio que pueden concluir acerca de la gestión financiera de una empresa que no cumple las “normas contables generalmente aceptadas” es: “No expresamos una opinión”. Por lo que se ve, hay varios elementos que han inducido a esta negación. Hay partidas pendientes de conciliación con los bancos que no permiten identificar depósitos por Bs 24 millones, que afectan la disponibilidad de dinero que tiene la empresa. Se mencionan distintas diferencias en otras cuentas que deben ser necesariamente conciliadas, así como ajustes ausentes en los inventarios y varias deficiencias en los sistemas de control interno de los activos fijos. También se mencionan aspectos referidos a la no contabilización de “pasivos por contingencias fiscales por aproximadamente Bs 864.000.000; contingencias laborales por aproximadamente Bs 16.700.000; y contingencias civiles por Bs 385.000, que, según la Gerencia de Asuntos Legales y Societarios, tienen la posibilidad de finalización poco probable a favor de la empresa”. Esta forma de “posibilidades poco probables” muestra una vieja y consolidada práctica de perder juicios de las entidades públicas, aunque tengan la razón, debido a que ellas incluyen jugosas sumas de costas legales. Ésta no es la única “posibilidad poco probable”, hay otra con la Superintendencia de Telecomunicaciones por Bs 10.800.000. Entre otros aspectos no dilucidados, la auditoría se refiere a que todavía no se ha resuelto el pago reclamado por Euro Telecom International NV por la liquidación final con esta empresa extranjera. Queda pendiente el arbitraje en el que Bolivia no acepta la participación del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) por no considerarlo imparcial. Son $us 350 millones por esclarecer. Finalmente, los resultados muestran que la empresa Entel nacionalizada ha obtenido menos utilidades en 2008 que en 2009, diferencia que se aproxima a $us 30 millones. Si ésta es la forma en que se esperaba retener los recursos en Bolivia en vez de que se los lleve una transnacional, no es un objetivo que se esté logrando eficientemente y así no se da la mejor cara a la nacionalización.
* Economista
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