http://www.la-razon.com/versiones/20090329_006681/nota_246_786148.htm
En el análisis que hace Chávez se diferencian dos visiones: la pesimista y la optimista. En el comentario que hice al artículo de Krugman publicado en este blog, "Una salida decepcionante que no va a funcionar", adherí plenamente a lo que en él se expresaba: el programa del gobierno de Obama no va a funcionar porque apuesta a subir el valor de activos tóxicos que ya están podridos.
Lo que debería hacer el estado es estatizar (no uso la palabra nacionalizar porque en su mayoría son bancos privados nacionales estadounidenses) los bancos con alta proporción de activos tóxicos hasta sanearlos de esos instrumentos para luego reprivatizarlos. En el caso de los bancos importantes con baja proporción de activos tóxicos, dotarlos de liquidez "barata" hasta que por ellos mismo puedan limpiarse a través de mecanismos de mercado.
Gonzalo Chávez A.*
Paul Krugman, profesor de la Universidad de Princeton y Premio Nobel de Economía 2008, ha acuñado la feliz denominación de ´bancos zombies” para referirse a la mayoría de las entidades financieras estadounidenses que están al borde de la quiebra. Los bancos en EEUU tienen sus cuentas intoxicadas con activos de mala calidad debido a inversiones fallidas, fundamentalmente vinculadas a las hipotecas ´subprime´, (deudas incobrables), lo que les impide acudir a los mercados de crédito y contar con los recursos suficientes para prestar dinero a las empresas y a las familias. Estos bancos son muertos que se les ha olvidado caerse, o mejor el Estado los viene sosteniendo pasándole millones de dólares, sangre fresca de los contribuyentes americanos, para mantenerlos en calidad de muertos vivientes ricos que aún deambulan por los corredores de la economía norteamericana. Nadie sabe con seguridad cuál es el tamaño de los activos tóxicos que tienen los bancos y cuánto éstos, han corroído al sistema financiero mundial. Se estima que serían algo como 4 billones de verdes (éste es un número que tiene 12 ceros después del 4, ciertamente una mounstrosidad de dinero).
El lunes de la semana que termina, el presidente Obama presentó el plan de rescate para los zombies. Recordemos la propuesta: Un banco en problemas pone en subasta sus papeles ´tóxicos´ para sacárselos de encima y limpiar su balance. A seguir, interviene el Departamento del Tesoro que valoriza el riesgo de esos papeles y determina el porcentaje del respaldo, que en la mayoría de los casos es de casi 90% de la operación. El privado entra con el restante 10 por ciento.
En el mundo, el debate sobre el posible éxito o fracaso del plan Obama es intenso. Por un lado, están aquellos que creen que ésta es otra inyección inútil de recursos a los cadáveres insepultos del sistema financiero gringo. Ésta es una sui géneris alianza pública-privada, donde el Gobierno pone todo y el privado sólo las monedas del cambio. Es decir, el Estado toma casi todos los riegos, en cuanto los privados salen en la foto sin poner el pellejo. Según Paul Krugman, “esto ofrece a los inversores privados una apuesta que sólo puede acabar de una forma: si los activos suben de precio, los inversores ganan; si caen considerablemente, los inversores se van y le dejan el muerto al Estado”. Es el socialismo de los ricos, se socializan las pérdidas con el dinero de los contribuyentes estadounidenses, pero no así las ganancias.
El plan de rescate de los bancos sería una reedición de la novela “cash for trash” cuya traducción sin rima sería: efectivo por basura, además con los dados cargados a favor de los privados. El programa del presidente Obama parte de un supuesto que el sistema financiero atraviesa solamente una crisis de confianza, por lo tanto el Estado debe ayudar a que los mercados se calmen (un par de lapos para que se le pase el ataque de histeria), y una vez pasada la tormenta, el propio sistema de mercado corregirá los problemas con la plata del gobierno administrada por privados. Esta es la idea que está por detrás del mecanismo que propone que los inversores privados, pujando por la compra de los activos tóxicos, aseguren una mejor revelación de los precios de los bonos basura.
Si la compra sólo la hace el Estado, se tiene el miedo que sobrevalorice los bonos basura. Jeffrey Sachs y otros economistas han criticado esta idea, y sostienen que una subasta por la punta del iceberg jamás revelará el tamaño de éste. Cabe recordar que los privados sólo ponen en torno del 10 por ciento del valor del papel. Para estos críticos, el plan Obama no es más que un subsidio gigantesco a los bancos con plata de los contribuyentes estadounidenses. La solución estructural sería la nacionalización total de banca y no más sangre financiera para los zombies. Eliminados los activos tóxicos, se buscaría reprivatizar los bancos. Es decir, el problema de la banca gringa es profunda y no un desajuste de ciclo y confianza.
Por otra parte, está una lectura más optimista, que cree que el programa podría funcionar para aquellos bancos que son solventes y que no tienen muchos activos tóxicos. De este lado del mostrador están economistas como Nouriel Roubini y Brad deLong. Además, éstos argumentan que, desde una perspectiva de realismo político, éste es el único camino a seguir. Cabe recordar que los recursos para el plan salen directamente del Tesoro norteamericano y no necesitan aprobación del Congreso. Cualquier otro tipo de paquete requería del apoyo del Poder Legislativo, donde los Republicanos tienen poder de veto. El plan Obama sería un camino más largo, pero necesario, hacia la nacionalización, porque, si el plan no funciona, el Congreso americano tendría menos argumentos para recusar que los bancos zombies pasen a manos del Estado.
El dilema que enfrenta el Gobierno norteamericano es complejo. Si corre el tigre se lo come, si se queda en el lugar, el felino igual se lo morfa. En términos financieros, si el Gobierno no salva a los bancos, el sistema termina de hacerse añicos y se lleva por delante a la economía mundial. Si se salva a los zombies, también se pierde una montaña de dinero. La nacionalización sería el camino para salvar bancos y al sistema, pero castigar a los banqueros. Por el momento, la consigna parece ser: si ves un banquero saltar de una venta, síguelo, porque ahí está la mosca.
*Gonzalo Chávez es economista.
lunes, 30 de marzo de 2009
martes, 24 de marzo de 2009
El momento de la acción global
http://www.clarin.com/diario/2009/03/24/opinion/o-01883410.htm
El líder del mundo impulsa políticas fiscales, monetarias y comerciales globales para una economía global: esa es la lección de la crisis.El G-20 que representa el 80% de la economía mundial tiene la obligación de crear mecanismos de regulación económica global que tomen en cuenta a esa gran mayoría de países pobres del planeta que solo representan menos del 20% de la producción mundial.Por otra parte, se puede apreciar que, contradictoriamente, la crisis generada entre otros factores, por erradas políticas impulsadas y condicionadas de financiamiento por el FMI, es la salvación de este organismo criticado hasta poner en duda su existencia. Obama pide que el FMI lidere el financiamiento a los países pobres para salir de la crisis, lo que significa que tendremos nuevamente FMI para rato y en todas partes.
Por: Barack Obama
Fuente: PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS
Estamos atravesando una época de desafíos económicos globales a los que no podemos responder con medidas a medias o con los esfuerzos aislados de un país. En este momento, los líderes del G-20 tienen la responsabilidad de emprender una acción a fondo, audaz y coordinada que no sólo impulse la recuperación, sino que también inicie una nueva era de compromiso económico para evitar que una crisis como ésta vuelva a producirse.Nadie puede negar la urgencia de la acción. La crisis del crédito y de la confianza pasó por encima de las fronteras con consecuencias para todos los rincones del mundo. Por primera vez en una generación, la economía global se contrae y se reduce el comercio. Se han perdido billones de dólares, los bancos dejaron de prestar y, en todo el mundo, decenas de millones perderán sus empleos. Corre peligro la prosperidad de todos los países, además de la estabilidad de los gobiernos y la supervivencia de los habitantes en las partes más vulnerables del mundo. Aprendimos, de una vez y para siempre, que el éxito de la economía estadounidense está inextricablemente unido a la economía global. No hay una línea divisoria entre la acción que restablezca el crecimiento dentro de nuestras fronteras y la acción que lo sostenga hacia afuera. Si la gente de otros países no puede gastar, los mercados se atascan -ya hemos visto la mayor caída de las exportaciones estadounidenses en casi cuatro décadas, hecho que provocó directamente pérdidas de empleos estadounidenses-. Y si seguimos permitiendo que las entidades financieras de todo el mundo actúen en forma desaprensiva e irresponsable, continuaremos atrapados en el ciclo de burbuja y estallido. Por eso la próxima Cumbre de Londres tiene una relevancia directa para nuestra recuperación interna. Mi mensaje es claro: Estados Unidos está dispuestos a liderar y lo que pedimos a nuestros socios es que se unan a nosotros con una idea de urgencia y objetivo común. Se hizo mucho, pero todavía queda mucho por hacer. Nuestro liderazgo se basa en una premisa simple: actuaremos con decisión para sacar a la economía estadounidense de la crisis y reformar nuestra estructura regulatoria, y estas acciones se verán reforzadas por la acción complementaria en el exterior. Mediante el ejemplo, Estados Unidos puede propiciar la recuperación global y crear confianza en el mundo entero; y si la Cumbre de Londres contribuye a impulsar la acción colectiva, podemos forjar una reactivación segura y de esa manera impedir futuras crisis. Nuestros esfuerzos deben empezar con una acción rápida para estimular el crecimiento. Estados Unidos ya promulgó la Ley de Recuperación y Reinversión -la iniciativa más contundente para lanzar la creación de empleos y sentar las bases del crecimiento en una generación-. Otros miembros del G-20 también impulsaron un estímulo fiscal y estos esfuerzos deberían seguir siendo sólidos y sostenidos hasta que se restablezca la demanda. En la medida que avancemos, deberíamos adoptar un compromiso colectivo para alentar el comercio abierto y la inversión resistiéndonos al proteccionismo que ahondaría esta crisis. Segundo, debemos restablecer el crédito del que dependen las empresas y los consumidores. A nivel interno, estamos trabajando intensamente para estabilizar nuestro sistema financiero. Esto incluye una evaluación honesta de los balances de nuestros principales bancos, y desembocará directamente en un crédito que pueda ayudar a los estadounidenses a comprar bienes, permanecer en sus casas y desarrollar sus empresas. Esto debe seguir expandiéndose mediante las acciones de nuestros socios del G-20. Juntos, podemos adoptar un marco de referencia común que insista en la transparencia, la responsabilidad y el objetivo de restablecer el flujo del crédito que es el alma de una economía global en crecimiento. Y el G-20, junto con las instituciones multilaterales, puede aportar financiamiento comercial para ayudar a dinamizar las exportaciones y crear empleo. Tercero, tenemos la obligación moral, económica y relativa a la seguridad, de tender una mano a los países y personas que enfrentan el mayor riesgo. Si les volvemos la espalda, el sufrimiento causado por esta crisis aumentará, y nuestra propia recuperación quedará postergada debido a que los mercados para nuestros productos se achicarán y se perderán más empleos estadounidenses. El G-20 debería desplegar de inmediato recursos para estabilizar los mercados emergentes, esencialmente, impulsar la capacidad de asistencia del Fondo Monetario Internacional en la emergencia y ayudar a que los bancos regionales de desarrollo aceleren el crédito. Por su parte, Estados Unidos respaldará inversiones nuevas y significativas en seguridad alimentaria para ayudar a los más pobres a capear los difíciles tiempos que se avecinan. Si bien estas acciones pueden ayudarnos a salir de la crisis, no podemos contentarnos con una vuelta al status quo. Debemos poner fin a la especulación incauta y al gasto por encima de nuestros medios; al crédito tóxico, a los bancos excesivamente apalancados y a la falta de supervisión que nos condena a burbujas que inevitablemente estallan. Solo la acción internacional coordinada puede impedir correr los riesgos irresponsables que originaron esta crisis. Por eso estoy empeñado en aprovechar esta oportunidad para impulsar reformas exhaustivas de nuestro marco de referencia regulatorio y de supervisión. Todas nuestras instituciones financieras -en Wall Street y en todo el mundo- necesitan un fuerte control y reglas de funcionamiento sensatas. Todos los mercados deberían tener normas para asegurar la estabilidad y un mecanismo de divulgación. Una estructura fuerte en cuanto a los requisitos de capital debería protegernos contra futuras crisis. Debemos reprimir los paraísos fiscales y el lavado de dinero. Una transparencia y una responsabilidad rigurosas deben controlar el abuso y es imprescindible poner fin a las remuneraciones descontroladas. En vez de iniciativas dispersas que permitan caer los estándares, debemos dar incentivos claros para un buen comportamiento que los haga subir.Sé que Estados Unidos tiene una cuota de responsabilidad en el problema que todos enfrentamos. Pero también sé que no tenemos por qué elegir entre un capitalismo caótico y despiadado y una economía estatal opresiva. Esa es una falsa opción que no beneficiará a nuestro pueblo ni a ningún otro. Esta reunión del G-20 ofrece un foro para un nuevo tipo de cooperación económica global. Este es el momento de trabajar juntos para restablecer el crecimiento sostenido que sólo puede derivar de mercados abiertos y estables que aprovechen la innovación, que apoyen los emprendimientos e impulsen la oportunidad.Los países del mundo tienen intereses recíprocos. Estados Unidos está dispuesto a sumarse a un esfuerzo global en pos de nuevos empleos y del crecimiento sustentable. Juntos, podemos aprender las lecciones de esta crisis, y forjar una prosperidad que sea duradera y segura para el siglo XXI.
El líder del mundo impulsa políticas fiscales, monetarias y comerciales globales para una economía global: esa es la lección de la crisis.El G-20 que representa el 80% de la economía mundial tiene la obligación de crear mecanismos de regulación económica global que tomen en cuenta a esa gran mayoría de países pobres del planeta que solo representan menos del 20% de la producción mundial.Por otra parte, se puede apreciar que, contradictoriamente, la crisis generada entre otros factores, por erradas políticas impulsadas y condicionadas de financiamiento por el FMI, es la salvación de este organismo criticado hasta poner en duda su existencia. Obama pide que el FMI lidere el financiamiento a los países pobres para salir de la crisis, lo que significa que tendremos nuevamente FMI para rato y en todas partes.
Por: Barack Obama
Fuente: PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS
Estamos atravesando una época de desafíos económicos globales a los que no podemos responder con medidas a medias o con los esfuerzos aislados de un país. En este momento, los líderes del G-20 tienen la responsabilidad de emprender una acción a fondo, audaz y coordinada que no sólo impulse la recuperación, sino que también inicie una nueva era de compromiso económico para evitar que una crisis como ésta vuelva a producirse.Nadie puede negar la urgencia de la acción. La crisis del crédito y de la confianza pasó por encima de las fronteras con consecuencias para todos los rincones del mundo. Por primera vez en una generación, la economía global se contrae y se reduce el comercio. Se han perdido billones de dólares, los bancos dejaron de prestar y, en todo el mundo, decenas de millones perderán sus empleos. Corre peligro la prosperidad de todos los países, además de la estabilidad de los gobiernos y la supervivencia de los habitantes en las partes más vulnerables del mundo. Aprendimos, de una vez y para siempre, que el éxito de la economía estadounidense está inextricablemente unido a la economía global. No hay una línea divisoria entre la acción que restablezca el crecimiento dentro de nuestras fronteras y la acción que lo sostenga hacia afuera. Si la gente de otros países no puede gastar, los mercados se atascan -ya hemos visto la mayor caída de las exportaciones estadounidenses en casi cuatro décadas, hecho que provocó directamente pérdidas de empleos estadounidenses-. Y si seguimos permitiendo que las entidades financieras de todo el mundo actúen en forma desaprensiva e irresponsable, continuaremos atrapados en el ciclo de burbuja y estallido. Por eso la próxima Cumbre de Londres tiene una relevancia directa para nuestra recuperación interna. Mi mensaje es claro: Estados Unidos está dispuestos a liderar y lo que pedimos a nuestros socios es que se unan a nosotros con una idea de urgencia y objetivo común. Se hizo mucho, pero todavía queda mucho por hacer. Nuestro liderazgo se basa en una premisa simple: actuaremos con decisión para sacar a la economía estadounidense de la crisis y reformar nuestra estructura regulatoria, y estas acciones se verán reforzadas por la acción complementaria en el exterior. Mediante el ejemplo, Estados Unidos puede propiciar la recuperación global y crear confianza en el mundo entero; y si la Cumbre de Londres contribuye a impulsar la acción colectiva, podemos forjar una reactivación segura y de esa manera impedir futuras crisis. Nuestros esfuerzos deben empezar con una acción rápida para estimular el crecimiento. Estados Unidos ya promulgó la Ley de Recuperación y Reinversión -la iniciativa más contundente para lanzar la creación de empleos y sentar las bases del crecimiento en una generación-. Otros miembros del G-20 también impulsaron un estímulo fiscal y estos esfuerzos deberían seguir siendo sólidos y sostenidos hasta que se restablezca la demanda. En la medida que avancemos, deberíamos adoptar un compromiso colectivo para alentar el comercio abierto y la inversión resistiéndonos al proteccionismo que ahondaría esta crisis. Segundo, debemos restablecer el crédito del que dependen las empresas y los consumidores. A nivel interno, estamos trabajando intensamente para estabilizar nuestro sistema financiero. Esto incluye una evaluación honesta de los balances de nuestros principales bancos, y desembocará directamente en un crédito que pueda ayudar a los estadounidenses a comprar bienes, permanecer en sus casas y desarrollar sus empresas. Esto debe seguir expandiéndose mediante las acciones de nuestros socios del G-20. Juntos, podemos adoptar un marco de referencia común que insista en la transparencia, la responsabilidad y el objetivo de restablecer el flujo del crédito que es el alma de una economía global en crecimiento. Y el G-20, junto con las instituciones multilaterales, puede aportar financiamiento comercial para ayudar a dinamizar las exportaciones y crear empleo. Tercero, tenemos la obligación moral, económica y relativa a la seguridad, de tender una mano a los países y personas que enfrentan el mayor riesgo. Si les volvemos la espalda, el sufrimiento causado por esta crisis aumentará, y nuestra propia recuperación quedará postergada debido a que los mercados para nuestros productos se achicarán y se perderán más empleos estadounidenses. El G-20 debería desplegar de inmediato recursos para estabilizar los mercados emergentes, esencialmente, impulsar la capacidad de asistencia del Fondo Monetario Internacional en la emergencia y ayudar a que los bancos regionales de desarrollo aceleren el crédito. Por su parte, Estados Unidos respaldará inversiones nuevas y significativas en seguridad alimentaria para ayudar a los más pobres a capear los difíciles tiempos que se avecinan. Si bien estas acciones pueden ayudarnos a salir de la crisis, no podemos contentarnos con una vuelta al status quo. Debemos poner fin a la especulación incauta y al gasto por encima de nuestros medios; al crédito tóxico, a los bancos excesivamente apalancados y a la falta de supervisión que nos condena a burbujas que inevitablemente estallan. Solo la acción internacional coordinada puede impedir correr los riesgos irresponsables que originaron esta crisis. Por eso estoy empeñado en aprovechar esta oportunidad para impulsar reformas exhaustivas de nuestro marco de referencia regulatorio y de supervisión. Todas nuestras instituciones financieras -en Wall Street y en todo el mundo- necesitan un fuerte control y reglas de funcionamiento sensatas. Todos los mercados deberían tener normas para asegurar la estabilidad y un mecanismo de divulgación. Una estructura fuerte en cuanto a los requisitos de capital debería protegernos contra futuras crisis. Debemos reprimir los paraísos fiscales y el lavado de dinero. Una transparencia y una responsabilidad rigurosas deben controlar el abuso y es imprescindible poner fin a las remuneraciones descontroladas. En vez de iniciativas dispersas que permitan caer los estándares, debemos dar incentivos claros para un buen comportamiento que los haga subir.Sé que Estados Unidos tiene una cuota de responsabilidad en el problema que todos enfrentamos. Pero también sé que no tenemos por qué elegir entre un capitalismo caótico y despiadado y una economía estatal opresiva. Esa es una falsa opción que no beneficiará a nuestro pueblo ni a ningún otro. Esta reunión del G-20 ofrece un foro para un nuevo tipo de cooperación económica global. Este es el momento de trabajar juntos para restablecer el crecimiento sostenido que sólo puede derivar de mercados abiertos y estables que aprovechen la innovación, que apoyen los emprendimientos e impulsen la oportunidad.Los países del mundo tienen intereses recíprocos. Estados Unidos está dispuesto a sumarse a un esfuerzo global en pos de nuevos empleos y del crecimiento sustentable. Juntos, podemos aprender las lecciones de esta crisis, y forjar una prosperidad que sea duradera y segura para el siglo XXI.
Una salida decepcionante que no va a funcionar
http://www.clarin.com/diario/2009/03/24/elmundo/i-01883548.htm
Se me ocurre que lo que el gobierno de Obama intenta es que los activos "tóxicos" suban de valor: no sería como hacer renacer la burbuja?Al final de cuentas, el mercado o la mano invisible definió el valor de esos activos y como dice Krugman, con este plan se estaría induciendo (o subsidiando) nuevamente a invertir en ellos suponiendo que su valor es superior al que el mercado determinó unos meses atras.Quizás el efecto en las expectativas es muy positivo, como se vió ayer en las bolsas y con eso basta para incentivar el crecimiento de la economía real y evitar la destrucción de empleo.
Por: Paul Krugman
Fuente: THE NEW YORK TIMES
Tim Geithner, el secretario del Tesoro, convenció al presidente Barack Obama prara reciclar la política de la administración Bush, específicamente el plan de "dinero a cambio de basura" propuesto y luego abandonado seis meses atrás por el por entonces secretario del Tesoro Henry Paulson. Esto es más que decepcionante. De hecho, me llena de desesperación.Después de todo, acabamos de vivir una tormenta por las bonificaciones en A.I.G., durante la cual los funcionarios de gobierno dijeron que no sabían nada, no podían hacer nada y la culpa de todos modos era de otro. Mientras tanto, el gobierno no logró calmar las dudas de la ciudadanía sobre qué es lo que están haciendo los bancos con el dinero de los contribuyentes.Ahora, Obama decidió aparentemente aplicar un plan financiero que presume, en esencia, que los bancos son básicamente sólidos y que los banqueros saben lo que están haciendo.Es como si el presidente estuviera decidido a confirmar la creciente percepción de que él y su equipo están alejados de la realidad y que su visión económica se ve ensombrecida por lazos demasiado estrechos con Wall Street. Y para cuando Obama se dé cuenta de que necesita cambiar el rumbo, su capital político ya habrá desaparecido. Obama, al igual que ush, desea aparentemente una salida a esta crisis más sencilla a la elegida por Suecia a principios de los 90. El elemento común de los planes de Paulson y Geithner es la insistencia en que los activos malos de los libros de los bancos valen en realidad, mucho, pero mucho más, de lo que cualquiera está dispuesto a pagar por ellos. De hecho, su valor real es tan alto que si estuvieran correctamente valuados, los bancos no estarían en problemas.Es así como el plan apunta a usar los fondos de los contribuyentes para llevar los precios de los activos malos a niveles "justos". Paulson propuso que el gobierno comprara los activos directamente. Geithner propone un complejo esquema en el que el gobierno presta dinero a inversores privados, que luego usan el dinero para comprarlos. Por lo que llevo contabilizado, esta es la tercera vez que funcionarios de la administración Obama sacan a relucir un esquema que es básicamente una repetición del plan de Paulson. El problema con este plan es que no va a funcionar. Algunos podrán sugerir que se pruebe el plan y se vea qué pasa. El problema es que cada mes que pasa se pierden otros 600 mil puestos de trabajo. Pero lo más importante es cómo Obama desperdicia su credibilidad. Si este plan fracasa -como ocurrirá seguramente-, es poco probable que (Obama) convenza al Congreso para que aporte más fondos para hacer lo que debiera haber hecho en principio. No todo está perdido. La ciudadanía quiere que Obama tenga éxito, lo que significa que todavía puede salvar a su plan de rescate bancario. Pero el tiempo corre.
Se me ocurre que lo que el gobierno de Obama intenta es que los activos "tóxicos" suban de valor: no sería como hacer renacer la burbuja?Al final de cuentas, el mercado o la mano invisible definió el valor de esos activos y como dice Krugman, con este plan se estaría induciendo (o subsidiando) nuevamente a invertir en ellos suponiendo que su valor es superior al que el mercado determinó unos meses atras.Quizás el efecto en las expectativas es muy positivo, como se vió ayer en las bolsas y con eso basta para incentivar el crecimiento de la economía real y evitar la destrucción de empleo.
Por: Paul Krugman
Fuente: THE NEW YORK TIMES
Tim Geithner, el secretario del Tesoro, convenció al presidente Barack Obama prara reciclar la política de la administración Bush, específicamente el plan de "dinero a cambio de basura" propuesto y luego abandonado seis meses atrás por el por entonces secretario del Tesoro Henry Paulson. Esto es más que decepcionante. De hecho, me llena de desesperación.Después de todo, acabamos de vivir una tormenta por las bonificaciones en A.I.G., durante la cual los funcionarios de gobierno dijeron que no sabían nada, no podían hacer nada y la culpa de todos modos era de otro. Mientras tanto, el gobierno no logró calmar las dudas de la ciudadanía sobre qué es lo que están haciendo los bancos con el dinero de los contribuyentes.Ahora, Obama decidió aparentemente aplicar un plan financiero que presume, en esencia, que los bancos son básicamente sólidos y que los banqueros saben lo que están haciendo.Es como si el presidente estuviera decidido a confirmar la creciente percepción de que él y su equipo están alejados de la realidad y que su visión económica se ve ensombrecida por lazos demasiado estrechos con Wall Street. Y para cuando Obama se dé cuenta de que necesita cambiar el rumbo, su capital político ya habrá desaparecido. Obama, al igual que ush, desea aparentemente una salida a esta crisis más sencilla a la elegida por Suecia a principios de los 90. El elemento común de los planes de Paulson y Geithner es la insistencia en que los activos malos de los libros de los bancos valen en realidad, mucho, pero mucho más, de lo que cualquiera está dispuesto a pagar por ellos. De hecho, su valor real es tan alto que si estuvieran correctamente valuados, los bancos no estarían en problemas.Es así como el plan apunta a usar los fondos de los contribuyentes para llevar los precios de los activos malos a niveles "justos". Paulson propuso que el gobierno comprara los activos directamente. Geithner propone un complejo esquema en el que el gobierno presta dinero a inversores privados, que luego usan el dinero para comprarlos. Por lo que llevo contabilizado, esta es la tercera vez que funcionarios de la administración Obama sacan a relucir un esquema que es básicamente una repetición del plan de Paulson. El problema con este plan es que no va a funcionar. Algunos podrán sugerir que se pruebe el plan y se vea qué pasa. El problema es que cada mes que pasa se pierden otros 600 mil puestos de trabajo. Pero lo más importante es cómo Obama desperdicia su credibilidad. Si este plan fracasa -como ocurrirá seguramente-, es poco probable que (Obama) convenza al Congreso para que aporte más fondos para hacer lo que debiera haber hecho en principio. No todo está perdido. La ciudadanía quiere que Obama tenga éxito, lo que significa que todavía puede salvar a su plan de rescate bancario. Pero el tiempo corre.
lunes, 23 de marzo de 2009
Los economistas en el diván
http://www.la-razon.com/versiones/20090322_006647/nota_246_782135.htm
Corre el rumor de que los consultorios de siquiatras y sicoanalistas están repletos de economistas, especialmente, en los países desarrollados. De hecho, conozco varios colegas, profesores e investigadores en temas de finanzas internacionales en profundas crisis personales y profesionales.
Con la debacle mundial, varios templos de las certezas teóricas se derrumbaron. Entre las más importantes están ideas como: los mercados financieros y, en realidad, todos los mercados en todo tiempo y lugar son eficientes. Corolario de lo anterior, no hay nada mejor que la autorregulación de los mercados porque toda intervención estatal es nociva e ineficiente. Además se pensaba que las innovaciones financieras, desarrolladas por el pensa- miento ultraliberal, eran suficientes para transferir el riesgo a aquellos agentes económicos mejor capacitados para soportarlo. Esta última idea inclusive ganó un premio Nobel. Robert C. Merton y Myron S. Scholes obtuvieron el galardón por desarrollar un nuevo método para determinar el valor de los derivados. Se escribieron miles de artículos pretenciosos, que hicieron que los modelos matemáticos reforzaran la ideología neoliberal. La ciencia del modelaje en teoría económica hacía tantos supuestos que terminaba haciendo desaparecer la realidad de los hechos. En los últimos años, revistas especializadas en economía y finanzas se habían convertido en verdaderos cultos a la abstracción, imposibles de comprensión para los simples mortales. A pesar de toda esta parafernalia estadística y matemática, los teóricos de las finanzas internacionales fracasaron porque no entendieron dos sentimientos humanos básicos: la ambición y el manejo del riesgo.
El epicentro del terremoto financiero, en última instancia, se concentró en los problemas de gestión y control del riesgo. Toda actividad financiera, desde abrir una cuenta en un banco, hasta hacer aplicación en un mercado futuro con coberturas, se lo hace en un mundo de información imperfecta o mejor de grandes asimetrías de información entre los agentes económicos. Las personas cuando depositan los ahorros de toda una vida en un banco, lo hacen casi a oscuras, no saben cuál es la situación patrimonial del banco, cómo está su cartera de préstamos, no saben cuánto es su mora, etc. El banco tiene mucha más información sobre su situación financiera que los miles de clientes que confían en él. De igual manera, los bancos también enfrentan asimetrías de información cuando prestan dinero a empresas o personas. Aunque, el oficial de crédito pida garantías, revise todos los documentos y haga miles de preguntas, una vez que la plata va al bolsillo del cliente, sólo éste y Dios sabe en qué y cómo utilizará ese dinero. El prestatario tiene mucha más información sobre sus reales intenciones que la entidad financiera. Aplicaciones en la bolsa, en rentas fijas, derivativos, seguros y otras inversiones financieras se las hacen en mercados con fallas asociadas a la desigualdad de información. Técnicamente a estos problemas se los conoce como riesgo moral (cuando un agente económico oculta acción) y selección adversa (cuando el agente económico oculta información). Al final del día estas fallas en los mercados financieros aumentan el riesgo en todas las transacciones. La teoría financiera precrisis pensó que había descubierto cómo convertir la piedra en oro. Es decir cómo transferir los riesgos de los simples mortales clientes a sofisticadas agencias e instituciones que sabían cómo diversificar y administrar este riesgo. La regulación financiera preventiva, que es la otra forma de reducir el riesgo, no debía meterse entre privados. Sin embargo, todo el preciosismo matemático no funcionó cuando la ambición controló el miedo al riesgo y se produjo la caída más estrepitosa del sistema financiero de los últimos 50 años.
La mayoría de los profesionales adscribió la idea de que los mercados eran suficientes para asignar los recursos escasos de la economía y que el riesgo se lo podía administrar sin la intervención estatal. A nivel internacional, sólo algunas voces hicieron sonar las alarmas sobre las crisis en ciernes. Es justo reconocer que profesores como Nouriel Roubini, Robert Schieller, Paul Krugmann y otros alertaron sobre estos problemas, pero obviamente la idolatría a los mercados que dominaba la opinión pública mundial, los calificó de incendiarios. La cruenta realidad mostró que tenían razón.
La gravedad de la crisis internacional recuerda una vieja historia que se cuenta sobre economistas neoliberales y otras hierbas.
En la otrora gloriosa Unión Soviética, un 1 de mayo de los idos años 70, dos personas asistían al desfile del Ejército Rojo, veían pasar tanques capaces de destruir ciudades enteras, misiles cuyo impacto acabarían con media humanidad. Toda una parafernalia de armamento. Cuando de repente en medio de ametralladoras y bombas, desfilaban civiles elegantemente vestidos de negro con maletines James Bond. Uno de los amigos le pregunta al otro ¿Qué es lo que traen esas personas en medio de un desfile militar? A lo que el otro responde: Son los economistas neoliberales y no sabes lo peligrosos y letales que pueden ser. Bueno ahora si lo sabemos y ¡cómo lo sabemos!
*Gonzalo Chávez
es economista.
Corre el rumor de que los consultorios de siquiatras y sicoanalistas están repletos de economistas, especialmente, en los países desarrollados. De hecho, conozco varios colegas, profesores e investigadores en temas de finanzas internacionales en profundas crisis personales y profesionales.
Con la debacle mundial, varios templos de las certezas teóricas se derrumbaron. Entre las más importantes están ideas como: los mercados financieros y, en realidad, todos los mercados en todo tiempo y lugar son eficientes. Corolario de lo anterior, no hay nada mejor que la autorregulación de los mercados porque toda intervención estatal es nociva e ineficiente. Además se pensaba que las innovaciones financieras, desarrolladas por el pensa- miento ultraliberal, eran suficientes para transferir el riesgo a aquellos agentes económicos mejor capacitados para soportarlo. Esta última idea inclusive ganó un premio Nobel. Robert C. Merton y Myron S. Scholes obtuvieron el galardón por desarrollar un nuevo método para determinar el valor de los derivados. Se escribieron miles de artículos pretenciosos, que hicieron que los modelos matemáticos reforzaran la ideología neoliberal. La ciencia del modelaje en teoría económica hacía tantos supuestos que terminaba haciendo desaparecer la realidad de los hechos. En los últimos años, revistas especializadas en economía y finanzas se habían convertido en verdaderos cultos a la abstracción, imposibles de comprensión para los simples mortales. A pesar de toda esta parafernalia estadística y matemática, los teóricos de las finanzas internacionales fracasaron porque no entendieron dos sentimientos humanos básicos: la ambición y el manejo del riesgo.
El epicentro del terremoto financiero, en última instancia, se concentró en los problemas de gestión y control del riesgo. Toda actividad financiera, desde abrir una cuenta en un banco, hasta hacer aplicación en un mercado futuro con coberturas, se lo hace en un mundo de información imperfecta o mejor de grandes asimetrías de información entre los agentes económicos. Las personas cuando depositan los ahorros de toda una vida en un banco, lo hacen casi a oscuras, no saben cuál es la situación patrimonial del banco, cómo está su cartera de préstamos, no saben cuánto es su mora, etc. El banco tiene mucha más información sobre su situación financiera que los miles de clientes que confían en él. De igual manera, los bancos también enfrentan asimetrías de información cuando prestan dinero a empresas o personas. Aunque, el oficial de crédito pida garantías, revise todos los documentos y haga miles de preguntas, una vez que la plata va al bolsillo del cliente, sólo éste y Dios sabe en qué y cómo utilizará ese dinero. El prestatario tiene mucha más información sobre sus reales intenciones que la entidad financiera. Aplicaciones en la bolsa, en rentas fijas, derivativos, seguros y otras inversiones financieras se las hacen en mercados con fallas asociadas a la desigualdad de información. Técnicamente a estos problemas se los conoce como riesgo moral (cuando un agente económico oculta acción) y selección adversa (cuando el agente económico oculta información). Al final del día estas fallas en los mercados financieros aumentan el riesgo en todas las transacciones. La teoría financiera precrisis pensó que había descubierto cómo convertir la piedra en oro. Es decir cómo transferir los riesgos de los simples mortales clientes a sofisticadas agencias e instituciones que sabían cómo diversificar y administrar este riesgo. La regulación financiera preventiva, que es la otra forma de reducir el riesgo, no debía meterse entre privados. Sin embargo, todo el preciosismo matemático no funcionó cuando la ambición controló el miedo al riesgo y se produjo la caída más estrepitosa del sistema financiero de los últimos 50 años.
La mayoría de los profesionales adscribió la idea de que los mercados eran suficientes para asignar los recursos escasos de la economía y que el riesgo se lo podía administrar sin la intervención estatal. A nivel internacional, sólo algunas voces hicieron sonar las alarmas sobre las crisis en ciernes. Es justo reconocer que profesores como Nouriel Roubini, Robert Schieller, Paul Krugmann y otros alertaron sobre estos problemas, pero obviamente la idolatría a los mercados que dominaba la opinión pública mundial, los calificó de incendiarios. La cruenta realidad mostró que tenían razón.
La gravedad de la crisis internacional recuerda una vieja historia que se cuenta sobre economistas neoliberales y otras hierbas.
En la otrora gloriosa Unión Soviética, un 1 de mayo de los idos años 70, dos personas asistían al desfile del Ejército Rojo, veían pasar tanques capaces de destruir ciudades enteras, misiles cuyo impacto acabarían con media humanidad. Toda una parafernalia de armamento. Cuando de repente en medio de ametralladoras y bombas, desfilaban civiles elegantemente vestidos de negro con maletines James Bond. Uno de los amigos le pregunta al otro ¿Qué es lo que traen esas personas en medio de un desfile militar? A lo que el otro responde: Son los economistas neoliberales y no sabes lo peligrosos y letales que pueden ser. Bueno ahora si lo sabemos y ¡cómo lo sabemos!
*Gonzalo Chávez
es economista.
viernes, 20 de marzo de 2009
Brasil incumple contrato y agrava crisis energética
http://www.eldeber.com.bo/2009/2009-03-20/vernotaeconomia.php?id=090320002232
Otra prueba más de mala gestión, en este caso energética: de exportadores de gasolina y casi autoabastecidos en diesel en los '90 a importaciones récord de diesel e importadores netos de gasolina: el gato no caza ratones.
Otra prueba más de mala gestión, en este caso energética: de exportadores de gasolina y casi autoabastecidos en diesel en los '90 a importaciones récord de diesel e importadores netos de gasolina: el gato no caza ratones.
Exportadores sugieren mejorar políticas públicas del Gobierno
http://www.eldeber.com.bo/2009/2009-03-20/vernotaeconomia.php?id=090320002904
Dicen que no importa de qué color es el gato, lo importante es que cace ratones. Y el gato no está cazando ratones.
Lo que importan son los resultados de gestión: de un superávit comercial récord hasta el año pasado pasamos a un déficit comercial en enero de este año por malas políticas comerciales y cambiarias.
No es solo el factor exógeno en este caso, son las pérdidas de mercados, la inseguridad jurídica, las restricciones a las exportaciones, la política cambiaria, etc.
Una prueba más de la mala gestión económica de este gobierno.
Dicen que no importa de qué color es el gato, lo importante es que cace ratones. Y el gato no está cazando ratones.
Lo que importan son los resultados de gestión: de un superávit comercial récord hasta el año pasado pasamos a un déficit comercial en enero de este año por malas políticas comerciales y cambiarias.
No es solo el factor exógeno en este caso, son las pérdidas de mercados, la inseguridad jurídica, las restricciones a las exportaciones, la política cambiaria, etc.
Una prueba más de la mala gestión económica de este gobierno.
jueves, 19 de marzo de 2009
La Fed inyectará US$ 1 billón al mercado: alivio en Wall Street
http://www.clarin.com/diario/2009/03/19/elmundo/i-01880142.htm
La curva de Philips tiene pendiente negativa. Es decir que existe un trade off entre inflación y empleo: a menor tasa de interés, mayor nivel de empleo en la economía. Pero llega un punto en que bajar las tasas de interés, cuando éstas se encuentran cercanas a 0%, no tiene efecto en aumentar el nivel de empleo en la economía.
La FED ha decidido mantener las tasas cercanas a 0 e inyectar liquidez al mercado. Si esto no es acompañado por una política fiscal expansiva y eficiente se podría caer en la "trampa de la liquidez" en la que cayó Japón durante la década de los '90.
La curva de Philips tiene pendiente negativa. Es decir que existe un trade off entre inflación y empleo: a menor tasa de interés, mayor nivel de empleo en la economía. Pero llega un punto en que bajar las tasas de interés, cuando éstas se encuentran cercanas a 0%, no tiene efecto en aumentar el nivel de empleo en la economía.
La FED ha decidido mantener las tasas cercanas a 0 e inyectar liquidez al mercado. Si esto no es acompañado por una política fiscal expansiva y eficiente se podría caer en la "trampa de la liquidez" en la que cayó Japón durante la década de los '90.
Relanzar el sector hidrocarburos
http://www.eldeber.com.bo/2009/2009-03-19/vernotacolumnistas.php?id=090318225256
Excelentes directrices para relanzar la industria que debería ser nuestro principal trampolín al desarrollo:
Boris Gómez Úzqueda
El reciente escándalo que involucra a la ex principal autoridad ejecutiva de la compañía estatal de gas y petróleo muestra la punta del iceberg de la descomposición a la que llegó el país.Está plenamente comprobado que la ‘nacionalización’ fracasó. Ahora, con la nueva Constitución, urgen concertaciones para relanzar el sector que da de comer al país.Es tiempo de que desde el Estado se promueva el debate de líneas maestras para lo que debe ser la nueva ley de hidrocarburos, sustentada en una Nueva Política Energética (NPE).Que el Presidente convoque de manera inmediata un Consejo Nacional de Energía e Hidrocarburos (CNEH), compuesto por sociedad civil, técnicos, empresarios, prefecturas, municipios y ciudadanos notables.El CNEH tendría la misión de: a) elaborar la NPE de Bolivia para los próximos 20 años, señalando cuál será la visión de país; b) establecer las líneas de acción en inversión multinacional para la exploración de áreas tradicionales y nuevas; c) reestructurar YPFB y convertirlo, en un plazo máximo de seis meses, en una corporación económicamente activa, con mentalidad transnacional y servicio social; d) abrir las puertas de Bolivia para facilitar la intervención de compañías internacionales en procesos de desarrollo de nuevos campos y producción, bajo el esquema de asociación de riesgo accidental con el Estado y con las actuales compañías operadoras; e) elaborar las líneas maestras para la modernización del proceso de refino, invitando para ese fin a compañías extranjeras con experiencia; f) elaborar los proyectos de ley de hidrocarburos, de nuevas energías y de electricidad, y alistar el marco legal adecuado para ser aprobado en la Asamblea Legislativa (ex Congreso); g) preparar los documentos adecuados que reformen las compañías ex capitalizadas, manteniendo sus niveles de acción o planteando un cambio de timón.Adicionalmente, se debe: h) elaborar perfiles de negocios GTL gas a líquidos y promover inversiones específicas; i) establecer proyectos técnicos con multinacionales en futuros negocios de petroquímica de segunda generación; i) reformular la matriz energética basada en gas, promoviendo con el sector eléctrico nuevas agendas de cogeneración; j) formular proyectos en LNG (liquid natural gas), relanzando ideas y complementando con proyectos de apertura de nuevos mercados; k) estimular la investigación interna y la suscripción de acuerdos comerciales con compañías para mejorar las condiciones de logística de transporte de combustibles al interior del país; l) estimular proyectos internacionales para el tendido de gasoductos y líneas de electricidad; m) iniciar debates sobre biocombustibles y nuevas energías a partir del gas como el ‘di methil éter’, invitando para ello a expertos y a países con experiencia; n) institucionalizar todos los cargos de YPFB y del Ministerio de Hidrocarburos, con personal técnico cualificado alejado de angurrias partidarias; o) proponer líneas de negociación con las actuales compañías operadoras de campos para que los desarrollen bajo nuevas condiciones, en las que YPFB sea un asociado en negocios de valor agregado; p) incorporar al debate sobre el sector a gobernaciones en cuyas jurisdicciones se encuentren las reservas de gas y petróleo; y q) declarar a Bolivia centro energético continental con la posibilidad de que compañías serias vengan, investiguen y propongan negocios compartidos en toda la gama de industrialización a escala.
* Máster en administración de negocios y consultor del sector de hidrocarburos y energía
Excelentes directrices para relanzar la industria que debería ser nuestro principal trampolín al desarrollo:
Boris Gómez Úzqueda
El reciente escándalo que involucra a la ex principal autoridad ejecutiva de la compañía estatal de gas y petróleo muestra la punta del iceberg de la descomposición a la que llegó el país.Está plenamente comprobado que la ‘nacionalización’ fracasó. Ahora, con la nueva Constitución, urgen concertaciones para relanzar el sector que da de comer al país.Es tiempo de que desde el Estado se promueva el debate de líneas maestras para lo que debe ser la nueva ley de hidrocarburos, sustentada en una Nueva Política Energética (NPE).Que el Presidente convoque de manera inmediata un Consejo Nacional de Energía e Hidrocarburos (CNEH), compuesto por sociedad civil, técnicos, empresarios, prefecturas, municipios y ciudadanos notables.El CNEH tendría la misión de: a) elaborar la NPE de Bolivia para los próximos 20 años, señalando cuál será la visión de país; b) establecer las líneas de acción en inversión multinacional para la exploración de áreas tradicionales y nuevas; c) reestructurar YPFB y convertirlo, en un plazo máximo de seis meses, en una corporación económicamente activa, con mentalidad transnacional y servicio social; d) abrir las puertas de Bolivia para facilitar la intervención de compañías internacionales en procesos de desarrollo de nuevos campos y producción, bajo el esquema de asociación de riesgo accidental con el Estado y con las actuales compañías operadoras; e) elaborar las líneas maestras para la modernización del proceso de refino, invitando para ese fin a compañías extranjeras con experiencia; f) elaborar los proyectos de ley de hidrocarburos, de nuevas energías y de electricidad, y alistar el marco legal adecuado para ser aprobado en la Asamblea Legislativa (ex Congreso); g) preparar los documentos adecuados que reformen las compañías ex capitalizadas, manteniendo sus niveles de acción o planteando un cambio de timón.Adicionalmente, se debe: h) elaborar perfiles de negocios GTL gas a líquidos y promover inversiones específicas; i) establecer proyectos técnicos con multinacionales en futuros negocios de petroquímica de segunda generación; i) reformular la matriz energética basada en gas, promoviendo con el sector eléctrico nuevas agendas de cogeneración; j) formular proyectos en LNG (liquid natural gas), relanzando ideas y complementando con proyectos de apertura de nuevos mercados; k) estimular la investigación interna y la suscripción de acuerdos comerciales con compañías para mejorar las condiciones de logística de transporte de combustibles al interior del país; l) estimular proyectos internacionales para el tendido de gasoductos y líneas de electricidad; m) iniciar debates sobre biocombustibles y nuevas energías a partir del gas como el ‘di methil éter’, invitando para ello a expertos y a países con experiencia; n) institucionalizar todos los cargos de YPFB y del Ministerio de Hidrocarburos, con personal técnico cualificado alejado de angurrias partidarias; o) proponer líneas de negociación con las actuales compañías operadoras de campos para que los desarrollen bajo nuevas condiciones, en las que YPFB sea un asociado en negocios de valor agregado; p) incorporar al debate sobre el sector a gobernaciones en cuyas jurisdicciones se encuentren las reservas de gas y petróleo; y q) declarar a Bolivia centro energético continental con la posibilidad de que compañías serias vengan, investiguen y propongan negocios compartidos en toda la gama de industrialización a escala.
* Máster en administración de negocios y consultor del sector de hidrocarburos y energía
Empresarios creen que el dólar fijo encarece las exportaciones
http://www.eldeber.com.bo/2009/2009-03-19/vernotaeconomia.php?id=090318232647
El presidente del Banco Central de Bolivia y ex-ministro de Planificación del actual gobierno dice que el nivel del dólar "bajo" es para evitar la inflación (¿?): ¿en un contexto de crisis económica internacional?
Si bien no es devaluar por devaluar, es necesario hacer un análisis del comportamiento del Tipo de Cambio de nuestros principales socios y competidores comerciales y actuar en consecuencia para no perder competitividad.
El presidente del Banco Central de Bolivia y ex-ministro de Planificación del actual gobierno dice que el nivel del dólar "bajo" es para evitar la inflación (¿?): ¿en un contexto de crisis económica internacional?
Si bien no es devaluar por devaluar, es necesario hacer un análisis del comportamiento del Tipo de Cambio de nuestros principales socios y competidores comerciales y actuar en consecuencia para no perder competitividad.
miércoles, 18 de marzo de 2009
El regionalismo cruceño
http://www.la-razon.com/versiones/20090318_006670/nota_246_779916.htm
A lo que observa el autor, habría que agregarle que la economía cruceña no es una economía de derecha (neo)liberal porque la mayoría de sus exportaciones dependen de pactos comerciales proteccionistas (CAN); las principales empresas o monopolios naturales de servicios públicos son cooperativas; la gran mayoría de sus productores agropecuarios son pequeños y medianos; y el comercio (en su mayoría informal) y los servicios están dominados por pequeños y medianos empresarios.
A lo que observa el autor, habría que agregarle que la economía cruceña no es una economía de derecha (neo)liberal porque la mayoría de sus exportaciones dependen de pactos comerciales proteccionistas (CAN); las principales empresas o monopolios naturales de servicios públicos son cooperativas; la gran mayoría de sus productores agropecuarios son pequeños y medianos; y el comercio (en su mayoría informal) y los servicios están dominados por pequeños y medianos empresarios.
martes, 17 de marzo de 2009
Bernanke predijo que la recesión termina este año y alentó a los mercados
http://www.clarin.com/diario/2009/03/17/elmundo/i-01878663.htm
Buenas noticias económicas en medio del pesimismo: Bernanke intenta influir positivamente en las expectativas de los agentes económicos aunque pueda morir en el intento (leáse su reputación como economista si lo que predice no sucede). Sería por una buena causa...
Buenas noticias económicas en medio del pesimismo: Bernanke intenta influir positivamente en las expectativas de los agentes económicos aunque pueda morir en el intento (leáse su reputación como economista si lo que predice no sucede). Sería por una buena causa...
lunes, 16 de marzo de 2009
jueves, 12 de marzo de 2009
¿Cómo se debe escribir BRIC?
http://www.la-razon.com/versiones/20090312_006664/nota_246_776605.htm
Excelente artículo de probablemente la persona que más sabe de hidrocarburos en Bolivia.
Como decía Mariano Grondona en marzo de 2008, refiriéndose al desarrollo brasileño y de los otros países de sudamérica:
"Kirchner... de aquí a algunos años, cuando haga su balance, quizás advierta junto con Chávez y Morales que el tren del acelerado desarrollo latinoamericano nos ha dejado en el andén."
La Nacionalización de los hidrocarburos, promesa electoral de Evo Morales, fue una política errada que perjudicó no solo a los bolivianos sino y principalmente a Petrobras.
Se debieron haber negociados nuevas condiciones y era necesario destruir los monopolios de refinación y distribución que tenía Petrobras, pero de ahí a militarizar, confiscar el 82% de su producción y expulsarlos de la comercialización de hidrocarburos, fue un error.
Ahora miramos que el tren del desarrollo nos ha dejado en el andén.
Excelente artículo de probablemente la persona que más sabe de hidrocarburos en Bolivia.
Como decía Mariano Grondona en marzo de 2008, refiriéndose al desarrollo brasileño y de los otros países de sudamérica:
"Kirchner... de aquí a algunos años, cuando haga su balance, quizás advierta junto con Chávez y Morales que el tren del acelerado desarrollo latinoamericano nos ha dejado en el andén."
La Nacionalización de los hidrocarburos, promesa electoral de Evo Morales, fue una política errada que perjudicó no solo a los bolivianos sino y principalmente a Petrobras.
Se debieron haber negociados nuevas condiciones y era necesario destruir los monopolios de refinación y distribución que tenía Petrobras, pero de ahí a militarizar, confiscar el 82% de su producción y expulsarlos de la comercialización de hidrocarburos, fue un error.
Ahora miramos que el tren del desarrollo nos ha dejado en el andén.
Otra vez 'el huevo de la serpiente'
http://www.eldeber.com.bo/2009/2009-03-12/vernotacolumnistas.php?id=090311233643
Hace unos días me sentí incentivado a seguir investigando vía internet sobre la Segunda Guerra Mundial pero sobretodo sobre el nazismo. Tema que muchas veces uno piensa que ya lo conoce por las películas holliwoodenses.
Este incentivo llegó por dos motivos: primero por las repercusiones de las declaraciones de un obispo negacionista del holocausto y por el estreno de la película "Operación Valquiria", en la que se intentó matar a Hitler.
Mientras iba profundizando en la investigación me di cuenta de lo peligroso que es utilizar las diferencias étnicas para beneficio político y cada vez más los paralelismo entre los nazis y el MAS se hacían evidentes.
Las SA y lo cocaleros; las SS y los movimientos sociales; el mesianismo hitleriano y el mesianismo evista; el nido del águila y la casa de Orinoca; la destrucción de la economía judía y la destrucción de la economía cruceña; los amedrentamientos y persecuciones a judíos y opositores al régimen (incluso de raza aria) y los amedrentamientos y persecuciones a cambas, 'k'haras' y opositores al régimen, a pesar de su "pureza racial" (Victor Hugo Cárdenas); etc. etc.
Este artículo de Susana Seleme hace un paralelismo iluminador en este mismo sentido.
Hace unos días me sentí incentivado a seguir investigando vía internet sobre la Segunda Guerra Mundial pero sobretodo sobre el nazismo. Tema que muchas veces uno piensa que ya lo conoce por las películas holliwoodenses.
Este incentivo llegó por dos motivos: primero por las repercusiones de las declaraciones de un obispo negacionista del holocausto y por el estreno de la película "Operación Valquiria", en la que se intentó matar a Hitler.
Mientras iba profundizando en la investigación me di cuenta de lo peligroso que es utilizar las diferencias étnicas para beneficio político y cada vez más los paralelismo entre los nazis y el MAS se hacían evidentes.
Las SA y lo cocaleros; las SS y los movimientos sociales; el mesianismo hitleriano y el mesianismo evista; el nido del águila y la casa de Orinoca; la destrucción de la economía judía y la destrucción de la economía cruceña; los amedrentamientos y persecuciones a judíos y opositores al régimen (incluso de raza aria) y los amedrentamientos y persecuciones a cambas, 'k'haras' y opositores al régimen, a pesar de su "pureza racial" (Victor Hugo Cárdenas); etc. etc.
Este artículo de Susana Seleme hace un paralelismo iluminador en este mismo sentido.
Importaciones crecieron en más de $us 5,9 millones en enero de 2009
Crecimiento de importaciones y disminución de exportaciones = caída en el saldo de la balanza comercial.
Por efectos de la política cambiaria de apreciación del boliviano que en su momento sirvió (según el Banco Central) para controlar la inflación.
Ahora no tenemos problemas de inflación por la crisis y seguimos teniendo una economía dolarizada por lo que no se justificaría seguir manteniendo la política de apreciación del Boliviano (Bs) que además repercute en el nivel de reservas internacionales del Banco Central.
Por efectos de la política cambiaria de apreciación del boliviano que en su momento sirvió (según el Banco Central) para controlar la inflación.
Ahora no tenemos problemas de inflación por la crisis y seguimos teniendo una economía dolarizada por lo que no se justificaría seguir manteniendo la política de apreciación del Boliviano (Bs) que además repercute en el nivel de reservas internacionales del Banco Central.
miércoles, 11 de marzo de 2009
Curioso cambio de expectativas
Sin entrar al debate minucioso de los argumentos esbozados por el ex ministro de Planificación, ahora presidente del Banco Central, resalto la parte en la que afirma que entre los principales motivos inflacionarios del año pasado estaban, entre otros la disminución de la oferta de alimentos por desastres naturales.
A fines de 2007 el entonces ministro hablaba de que la inflación la generaban los empresarios agroindustriales del oriente a través de la especulación. Esto confirma que cuando la política se filtra irresponsablemente en la economía lanza señales erróneas a los agentes económicos, que influyen en sus expectativas de consumo e inversión.
A fines de 2007 el entonces ministro hablaba de que la inflación la generaban los empresarios agroindustriales del oriente a través de la especulación. Esto confirma que cuando la política se filtra irresponsablemente en la economía lanza señales erróneas a los agentes económicos, que influyen en sus expectativas de consumo e inversión.
El esplendor de Keynes
Interesante debate:
Qué dice realmente Keynes? Especificamente sugiere el recorte de impuestos o el mayor gasto público? me parece que una combinación de ambos.
Krugman, Barro y otros sugieren mayores recortes impositivos vs. entrega de fondos directamente a la gente. Deben tener razón, pero no dicen nada, o al menos esta nota no lo aclara, que el mayor gasto de gobierno en obras que generen empleo es más eficiente que la reducción de impuestos, porque una parte de ella se ahorra y no se gasta, que es lo que se quiere.
El multiplicador keynesiano funciona mejor con el gasto que con la reducción de impuesto, según Samuelson.
El tiempo dirá, al menos en este caso, qué es lo mejor y después los economistas trataremos de explicar por qué la historia no se repitió según los modelos y crearemos nuevas variantes de ellos. O quizás sí, los modelos funcionen...
El esplendor de Keynes
http://www.clarin.com/diario/2009/03/11/elmundo/i-01874528.htm
¿Es o no Barack Obama lo suficientemente keynesiano para la hora? ¿O acaso lo es pero le fallan las proporciones y el coraje político que hace falta para jugar la peligrosa carta del estimulo económico a través del dinero fiscal?
Qué dice realmente Keynes? Especificamente sugiere el recorte de impuestos o el mayor gasto público? me parece que una combinación de ambos.
Krugman, Barro y otros sugieren mayores recortes impositivos vs. entrega de fondos directamente a la gente. Deben tener razón, pero no dicen nada, o al menos esta nota no lo aclara, que el mayor gasto de gobierno en obras que generen empleo es más eficiente que la reducción de impuestos, porque una parte de ella se ahorra y no se gasta, que es lo que se quiere.
El multiplicador keynesiano funciona mejor con el gasto que con la reducción de impuesto, según Samuelson.
El tiempo dirá, al menos en este caso, qué es lo mejor y después los economistas trataremos de explicar por qué la historia no se repitió según los modelos y crearemos nuevas variantes de ellos. O quizás sí, los modelos funcionen...
El esplendor de Keynes
http://www.clarin.com/diario/2009/03/11/elmundo/i-01874528.htm
¿Es o no Barack Obama lo suficientemente keynesiano para la hora? ¿O acaso lo es pero le fallan las proporciones y el coraje político que hace falta para jugar la peligrosa carta del estimulo económico a través del dinero fiscal?
martes, 10 de marzo de 2009
La crisis internacional agarró a la Argentina mal parada
No coincido en que se está en recesión desde comienzos de 2008, a no ser que sea un error de edición y quiera decir 2009, lo que coincidiría con el concepto de recesión: 2 trimestres consecutivos de crecimiento económico negativo.
Coincido en que no es el momento para subir tarifas, eso lo debieron haber hecho hace un par de años como mínimo, para ahorrar para estas épocas.
Como sugerencias solo habla de reducción de impuestos pero Samuelson el domingo en Clarín afirmaba que la reducción de impuestos no es tan efectivo como el aumento del gasto público.
Coincido en que no es el momento para subir tarifas, eso lo debieron haber hecho hace un par de años como mínimo, para ahorrar para estas épocas.
Como sugerencias solo habla de reducción de impuestos pero Samuelson el domingo en Clarín afirmaba que la reducción de impuestos no es tan efectivo como el aumento del gasto público.
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