Ya lo decía en 1982 el intelectual y diplomático
cruceño, Marcelo Terceros Banzer: “los siglos no la cansan y el final del
milenio la espera con esperanza. Para de aquí a otros veinte años, no es
ensoñación pensar que Santa Cruz será nudo ferroviario, cruce múltiple de
caminos, centro continental de aeronavegación. Las tierras feraces darán
cosechas pletóricas y los campos intérminos se poblarán de rebaños. Las minas
que desechó en su tiempo el genio de Chaves, que prefería "desencantar la
tierra", podrán ser el origen de nuevas actividades y de riquezas sin
cuento.”
Antes de esa predicción iluminada de Terceros, los
‘pioners’ cruceños, como los denomina el historiador Hernando Sanabria, habrían
de conquistar el “espacio interior cruceño”, siguiendo el legado de Chaves.
Santa Cruz jugó históricamente el papel de pueblo de frontera y es recién a
fines del siglo XIX que aparece un importante hito de desarrollo liderado por
cruceños: la explotación de la goma en el norte del país y la conquista de la
Amazonía para Bolivia. Esa es la obra más grande jamás realizada por cruceños
mucho más allá de su terruño y que muestra su espíritu aventurero ante las
adversas condiciones económicas que soportaban en ese momento en su lugar de
origen.
Luego, en la década del ’50
del siglo XX con la “Marcha hacia el Oriente” que es la concreción del Plan
Bohan, se buscaba un futuro mejor para una Bolivia minera agobiada por la
extrema dependencia de esa economía extractivista y rentista que condicionaba a
toda la economía.
En 1957 el Comité Pro
Santa Cruz, luego de arduas luchas logra el pago incumplido, desde que Busch lo
decretó en 1938, de las regalías hidrocarburíferas del 11% a todos los departamentos
productores. Estos recursos fueron administrados autárquicamente por el Comité
de Obras Públicas y luego Cordecruz, institución central para entender el boom
del desarrollo económico cruceño. Con la planificación de sus profesionales, se
crearon las condiciones para generar un mercado que ha dado rienda suelta al
espíritu emprendedor de los cruceños y también de los que han llegado,
independientemente de las corrientes ideológicas que han asumidolosdiferentes gobiernos.
Las transferencias de las regalías
y el Plan Bohan, sumados al espíritu pionero y aventurero de los cruceños son
los factores que lograron que Santa Cruz aumente su peso económico en Bolivia
de forma exponencial, debido también a los grandes flujos migratorios desde el
occidente del país, principalmente, y del exterior. En consecuencia, el
principal logro de este modelo es la reducción de la pobreza que lo lleva a
ocupar hoy en día los primeros lugares en indicadores sociales y económicos del
país.
Santa Cruz posee recursos
naturales muy valiosos como energía, alimentos, también minerales y una
posición geográfica estratégica en el centro del continente sudamericano y
aunque algunas políticas gubernamentales han intentado afectar a la
economía cruceña, además del centralismo en la gestión pública y la
falta de seguridad jurídica, el éxito del modelo y el buen clima de negocios
que se percibe, son irreversibles porque se han logrado incorporar al ‘mercado’
como productores y consumidores sin la fuerte presencia del estado, a cientos
de miles de personas venidas de todas partes que han
logrado mejorar su calidad de vida y la de su descendencia.
El modelo puede replantearse para hacerlo aún más
inclusivo y sostenible medioambientalmente y así, la semilla que sembró Ñuflo de Chaves en la génesis,
nos llevará a confirmar que ya hemos encontrado, entre todos, el tan ansiado El
Dorado o Gran Paitití.
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