sábado, 24 de junio de 2017

El carácter conservador de la nación boliviana - Parte 4

VISIONES DE LA SOCIEDAD EN LA BOLIVIA CONTEMPORÁNEA: La controversia entre dos grandes concepciones

El indianismo representa la tendencia existente entre los propios indios a la autonomía política y la independencia cultural; el indigenismo constituye un intento paternalista surgido fuera de las etnias aborígenes que propugna la mejora de las mismas mediante su aculturación e imitación de los modelos civilizatorios más avanzados.
En ciertos movimientos indianistas la propia identidad grupal está definida por la oposición a un modelo civilizatorio materialmente exitoso y triunfador. Según esta doctrina no hubo coloniaje, sino invasión, a la que hay que prestar resistencia de todas formas; el mestizaje, por consiguiente, no sería una nueva y fructífera cultura por derecho propio, sino un producto híbrido y degradado de Occidente, al que hay de rechazar tajantemente. Las únicas manifestaciones culturales realmente valiosas en América serían las que provienen del acervo indígena incontaminado, que perviven soterradas en la memoria colectiva de los pueblos indios y en sus prácticas cotidianas. La lucha contra el imperialismo sería, ante todo, una lucha anticolonialista, y por ello el marxismo y el socialismo resultarían insuficientes, ya que por su origen y sus objetivos no estarían en la facultad de comprender la indianidad.
Los escritos de Fausto Reinaga, pese a sus limitaciones, constituyen un acceso interesante a ese ámbito, pues sus pensamientos e intuiciones constituyen el primer intento de sistematizar la filosofía indianista de corte radical, opuesta a un mero indigenismo, que, según Reinaga, favorecería en última instancia a los mestizos. Reinaga anticipó las tesis posteriores del colonialismo interno ("la sociedad india soporta una estructura colonial"), que Reinaga trata bajo el rubro de "señorialismo". Pero hay que anotar que Reinaga aparece hoy como un pensandor anacrónico, pues detesta el mestizaje en todas sus manifestaciones y desdeña el orden urbano moderno. Su denuncia de la discriminación racial le nubla la vista con respecto a fenómenos de gran relevancia actual como el mestizaje (con toda su inmensa gama de posibilidades), la urbanización y los nexos con el mundo exterior. De todas maneras: Reinaga es importante porque anticipó temas y soluciones que luego retomaría el indianismo radical, corriente que ha ganado peso en los últimos años.
Al igual que el modelo occidental, el modelo civilizatorio indígena no constituye un cuerpo doctrinal fácilmente discernible.
La filosofía indígena se distingue por los siguientes rasgos.

  1. Ámbito rural.
  2. Movilidad social ampliada luego de 1952.
  3. Sistema educativo formal con valoración creciente.
  4. Colectivismo en comunidades campesinas e individualismo en centros urbanos.
  5. Religiosidad ritualista.
  6. Valoración de la persona por etnicidad y geografía.
  7. Normas colectivistas y éxito debido al esfuerzo colectivo; anhelo de reconocimiento por la comunidad primaria. Inclinación a revalorizar el esfuerzo individual (enriquecimiento) en centros urbanos.
  8. Sentimiento de discriminación dificulta la comprensión de los principios administrativos modernos, impersonales y generales.
  9. Familia extendida.
  10. Estado de derecho no es una prioridad. Participación en movimientos sociales. Intereses grupales deciden las opciones políticas.
  11. Justicia comunitaria. Justicia "ordinaria" en casos de envergadura.
  12. Élites: intereses particulares; tendencia a imitación de las élites urbanas.
  13. Capas medias: intereses sectoriales; lenta adopción de normativas modernas occidentales.
  14. Clases populares: grupos dirigentes (movimientos sociales) y caudillos carismáticos.
  15. Comunidad internacional como fenómeno amenazador y extraño pero también fuente de logros económicos y técnicos que deben ser imitados.
  16. Desarrollo: urbanización, modernización, imitación de las sociedades del Norte con modelos ancestrales.
  17. Desarrollo económico: agricultura; industria y servicios cada vez mayor impulso.
  18. Medios de producción: propiedad colectiva; modelos mixtos en zonas urbanas; propiedad individual de acuerdo al grado de instrucción.
  19. Formas de interacción política: redes de amistad, compadrazgo y parentesco; clientelas y patrones.
El concepto de una "indianidad" solidaria y sin máculas que hubiese abarcado todo el continente es una creación ideológica contemporánea, generada exclusivamente con fines político-ideológicos precisos y profanos por intelectuales que normalmente no tienen mucho que ver ni con la vida rural ni con la sangre indígena.
El camino más promisorio parece ser el de aceptar la diversidad dentro de la unidad del actual Estado boliviano, aunque existe el peligro de que la diversidad contrarrestada por la difusión de las normas y los valores modernos de orientación, por la expansión implacable de la llamada frontera agrícola, por la búsqueda cada día más intensa de recursos naturales y finalmente por la inmensa presión demográfica. Todos estos factores parecen actuar en favor de la homogeneidad modernizante.
//El indianismo vs el indigenismo. Indigenismo propugnado por la intelectualidad mestizo-"blancoide" u ONGs.
Más que insuficiente, el marxismo para el indianismo sería una ruta errada. Marx no tomó en cuenta el acervo cultural sino la clase social como base de su teoría.
La urbanización es una amenaza al arraigo cultural indianista homogeneizante. La urbanización aumenta el liberalismo y nos pone a todos en igualdad de condiciones ante el mercado y el Estado.
El modelo cruceño rompe con la territorialidad del indianismo occidental y su ampliación o profundización mediante la ampliación de la frontera agrícola. La ampliación de la frontera agrícola no es un freno a la diversidad sino más bien
Su apuesta por el respeto a la diversidad es la apuesta más positivista de este gran pensador boliviano que he tenido la suerte de conocer y conversar muchas veces

miércoles, 21 de junio de 2017

El carácter conservador de la nación boliviana - Parte 3

CONCLUSIONES PROVISIONALES
El auge y la preeminencia de las élites políticas se asientan en ciertas características muy difundidas de la población que tampoco coadyuvan a superar la pesada herencia del autoritarismo: la tendencia a preservar convenciones y rutinas irracionales, la credulidad en programas mesiánico-milenaristas, la simpatía por jefaturas carismáticas, la baja productividad laboral y la escasa capacidad de acumulación cognoscitiva. La picardía de los políticos sería impensable sin la ingenuidad de las masas.
Las ideologías nacionalistas y socialistas, que renegaban del legado liberal-individualista tenían como objetivo una modernización apresurada dirigida por un Estado centralizado y poderoso.
El tipo peculiar de modernización practicado en Bolivia sigue siendo congruente con el modo consuetidinario de hacer política y con el carácter inalterado de la élite gobernante.
Los principios generales de eficacia y transparencia, de que hacen gala los gobiernos neoliberales, sobretodo frente a los organismos internacionales, se refieren exclusivamente a una racionalidad instrumental, métodos, herramientas y procedimientos utilizados en el aparato estatal, pero rara vez a los fines últimos a los que el Estado debería aspirar. En nombre de la despolitización del Estado se consigue una perpetuación del bloque habitual de poder y la conservación de antiguos intereses elitarios.
El auge de la antipolitica, el surgimiento de nuevos líderes no contaminados aparentemente por el pasado y el florecimiento de movimientos antisistémicos no significan necesariamente una opción auténticamente ética o un interés realmente profundo en mejorar el desempeño técnico-administrativo del aparato estatal. A menudo la impugnación de los gobiernos corruptos del "sistema" significa el retorno a un Estado hipertrofiado, un clima populista y una jefatura autoritaria. Se reproduce así, una constante que se arrastra desde el Imperio Incaico: el súbdito no interviene gran cosa en los asuntos públicos, pero espera y desea gobernantes severos y justos, autoritarios pero moralmente intachables, que le brinden lo que él considera su porción legítima de bienes y servicios en un país presuntamente rico en recursos naturales. Se da la tendencia de apoyar a líderes que no pertenecen a los partidos del "sistema" porque éstos disidentes basan su propaganda en el castigo de los políticos corruptos, cuyo desprestigio proviene no tanto de su carencia de ética, sino del hecho de que su actuación ha imposibilitado una redistribución reputada como justa de los fondos públicos.
//Para ser un texto publicado en su segunda edición en 2010 (desconozco el año de su primera edición) es bastante premonitorio de lo que está sucediendo actualmente: la comprobación de que los "antisistémicos" no garantizan la salida del autoritarismo histórico y corrupto de nuestro país sino más bien su preeminencia, esta vez a través de una vuelta al estado hipertrofiado y centralista. Sin embargo, el autor también crítica al neoliberalismo por su proyecto de cambiar sólo las formas y no los fines del Estado, confirmando que no es liberal pero peor aún estatista-autoritario aunque ambos proyectos, conservadores. La contradicción de Mansilla es que critica el conservadurismo de la nación pero añora el pasado aristocrático pre revolución del 52, dando razón tal como algunos lo han hecho, a una tendencia reivindicacionista de Arguedas y su pesimismo con respecto a la viabilidad de la nación.

EL CARÁCTER CONSERVADOR DE LA NACIÓN BOLIVIANA - 2DA PARTE

LAS ÉLITES Y SUS CONVENCIONES
Aquí estamos alejadisimos del comportamiento de un aristócrata europeo, establecido hace siglos y su excelente educación le hacen evitar los rasgos típicos del nuevo rico: la vanidad y la jactancia, la vulgaridad y el mal gusto, el desprecio de los inferiores y la prepotencia cotidiana. Un genuino representante de la clase alta de antigua tradición practica el fair play, una cortesía distanciada y una austeridad elegante. No tiene necesidad de llamar la atención de modo estridente y grosero. Generalmente considera su posición privilegiada como una obligación de servicio a la comunidad.
Un abismo separa esta aristocracia de nuestras élites, cuyos miembros representan a menudo palurdos enriquecidos súbitamente, vanidoso sin refinamiento, torpes sin clemencia.
Hay que ver el desprecio con que tratan a sus subordinados (son temidos por sus secretarias y el personal de servicio) y cómo se humillan ante los que son más poderosos que ellos. La excesiva familiaridad de la que hacen gala en reuniones sociales no denota la pertenencia común a un selecto y exquisito grupo de personas que se conocen desde siempre; es más bien la muestra de costumbres plebeyas y la carencia de una buena educación formal. Poseen un sistema de conversación pueblerino, que consiste en unos pocos motivos repetitivos y un estilo chabacano. Es habitual que el interlocutor recién incorporado a la charla sea puesto a la defensiva. No han aprendido el arte de pasar sutilmente de una cuestión a otra. Si alguien menciona un país alejado, un aspecto teórico o simplemente un asunto diferente de los usuales y corrientes, cambian brúscamente de tema, sin la más mínima contemplación por el interlocutor. Chismes sobre otras personas y novedades configuran los tópicos preferidos. Se asombran de que alguien tenga otros gustos sobre la comida, la vestimenta y las mujeres, y hasta se molestan por ello, pero no se sorprenden en lo más mínimo si el interlocutor es narcotraficante o defraudador de fondos públicos. No exhiben curiosidad por otras culturas, naciones o costumbres. Muchas damas de la clase alta están profundamente orgullosas de su ignorancia. Casi todos estos grupos privilegiados comparten un cierto desprecio por el ámbito del arte, la literatura y el pensamiento. Evitan hablar de temas históricos y genealógicos, ya que escarbando un poco se llega rápidamente al origen humilde de casi todos ellos. Prefieren entonces materias del presente y del momento. Rehuyen a sus amigos de antes, a sus parientes pobres, a sus compañeros de escuela y a todos los que le podrían recordar su lugar de nacimiento, su linaje desconocido y su modesta infancia. Se jactan públicamente del último cachivache caro que adquirieron; jamás mencionan los aspectos históricos o artísticos que pudieran estar vinculados al objeto en cuestión, sino lisa y llanamente su precio. Tratan de deslumbrar al público con sus petulancias y lo único que consiguen es abrumarlo con su rusticidad. Se divierten hablando de teléfonos celulares, computadoras y agendas electrónicas, es decir temáticas que corresponden en realidad a sus secretarias y a su personal subalterno. Compran vehículos pesados, generalmente vagonetas cuadradas, oscuras y voluminosas, que las utilizan habitualmente para impresionar a las amistades y a sí mismos y no para realizar viajes por tierra. No salen del radio urbano, pues no sienten ninguna curiosidad por el paisaje y, en el fondo, por el país que les rodea. La antigua oligarquía previa a 1952 trataba de imitar a la aristocracia europea y se orientaba por Londres y París; la nueva élite remeda a la clase media norteamericana y su paradigma es Miami.
//Si bien el comentario de Mansilla tiene un componente moral en los casos de personas que se han enriquecido súbitamente por actividades ilegales (narcotráfico y corrupción) el relato parece generalizar a todos los "nuevos ricos" y en ese denota su racismo en un país como Bolivia donde hablar de pobres o nuevos ricos es hablar de indígenas y grupos sociales históricamente relegados de los privilegios, más que del clasismo o nivel socioeconómico basado en ingresos. Es decir, deja de ser liberal (no sé si alguna vez él se autodefinió así pero me contó que alguna vez quiso fundar el Partido Liberal en Bolivia) como algunos lo han catalogado. Los males que achaca a esto grupos socioeconómicos de "nuevos ricos" son ciertos y uno los ve constantemente pero no se puede criticar la libre elección personal de cada individuo por lo que consume sino más bien promover valores culturales y sociales que prioricen la educación, el conocimiento, las ciencias, las artes, el deporte. Es como pedirle a los gringos, en gral., que tengan el mismo nivel de consumo por esas actividades que los europeos.

martes, 20 de junio de 2017

El carácter conservador de la nación boliviana... de HCF Mansilla

CUESTIONAMIENTO DE ENFOQUES ESENCIALISTAS
"Los factores recurrentes de la mentalidad colectiva y de la cultura política del autoritarismo son históricos, es decir, pasajeros, cuando no efímeros vistos desde una perspectiva de muy largo aliento. También la Bolivia profunda es de índole transitoria." 
//Todo puede cambiar con el tiempo... hasta lo "originario", dejar de serlo...

LOS ANÁLISIS PRECURSORES DEL ESPÍRITU COLECTIVO
"Arguedas describió a la clase política - su insuperable mediocridad, su impunidad legal, su falta de ética y talento y su carencia de responsabilidad y previsión. Estos atributos prosperan porque ciertos rasgos de los demás grupos sociales actúan como suelo abonado: bajo nivel educativo, desinterés por los asuntos de Estado, informalidad en cuanto a norma, inconstancia y desidia permanentes y una estulticia generalizada, todos ellos fomentados por los muy modernos medios masivos de comunicación. Lo que seduce y entusiasma es lo de "aspecto pomposo, sinuoso, fácil de comprender, solo preocupa lo aparente, lo externo, lo frívolo. Desprecio por la cultura genuina, la literatura y los libros, el desdén por los esfuerzos científicos y teóricos, la indiferencia hacia los derechos de terceros, la admiración por la fortuna rápida, la envidia por la prosperidad ajena, la productividad laboral substancialmente baja, la celebración de la negligencia y la indisciplina y hasta la "innata tendencia a mentir y a engañar, porque son condiciones indispensables para alcanzar el éxito en todo negocio". "Los que en ella (la política) padecen persecuciones y miserias son los teóricos, las almas cándidas, los soñadores en grandes ideales, los espíritus íntegros. En la vida pública el hombre probo encuentra menos expedito el camino del triunfo que el bribón"."
//No queda claro que es primero: la clase política o los grupos sociales, el huevo o la gallina. En estadística se diría que existe correlación de variables porque una es un subrupo de la otra, lo que le quita grados de confianza al análisis. Si se encuentran tantas falencias en el grupo y en el subgrupo, significa que para salir del circuito del error, algún grupo dirigente, aristocrático, no "contaminado", debe alterar las variables promoviendo: la educación, el interés por los asuntos de estado, el cumplimiento de las normas, la constancia a través de los medios masivos de comunicación (sin censurar a nadie).

RAZONES HISTÓRICAS PARA PRESERVAR UNA MENTALIDAD CONVENCIONAL
Factores manifiestamente negativos echaron raíces durante el apogeo económico; la sociedad altoperuana no los percibió como algo corrompido, adverso y hasta peligroso, sino más bien como algo natural, inevitable y obvio, fenómenos perjudiciales, ligados a periodos de aparente grandeza histórica y bienestar social. España hasta 1700, la sociedad colonial, una evolución histórica perniciosa, atrasada e inhumana.
La prosperidad en la Audiencia de Charcas, fortunas fácilmente hechas contribuyeron a que nadie pensara ni en "la agricultura ni en la transformación del medio físico..."
La crisis económica de la segunda mitad del siglo XVII, contribuyó a consolidar unas tradiciones socioculturales signadas por el autoritarismo y el inmovilismo - rutinas y convenciones muy difíciles de alterar. Este atraso secular, junto con una inclinación a ensalzar el retraimiento sociocultural, han ayudado a conformar el carácter conservador de la mitad occidental del país.
El autoritarismo, el burocratismo y el centralismo han pasado a ser elementos obvios de la identidad social.
//Es muy difícil teorizar sobre la cultura y más si es sobre sus aspectos negativos porque se puede confundir la casualidad con la causalidad. Qué pasó con otros países que también fueron colonizados por los españoles y también tuvieron épocas de auge económico al inicio de sus periodos republicanos?