Al día siguiente de la publicación del Decreto, el Banco
Central de Bolivia (BCB) ha empezado a ofrecer el Bono
Navideño con el objetivo de retirar circulante de nuestra economía. El BCB cree
poder neutralizar las presiones inflacionarias que ocasionará este pago pero en
realidad, un empleado formal que gana Bs 3.500 en promedio, no va a invertir el
ingreso extra en bonos del BCB sino que lo va a gastar en, por ej., algún
electrodoméstico que aún le hace falta en casa. Aunque se trate de un ingreso
transitorio, las expectativas de corto y largo plazo que generará este pago,
cada vez que el crecimiento del PIB sea superior al 4,5%, sumado a la alta
propensión a consumir de un país de ingresos medios-bajos como el nuestro,
hacen ineludible la inflación o pérdida de poder adquisitivo.
Con una tasa que ya está “maquillada” -por cambios en la
metodología de medición del IPC- y que podría superar el 10% en 2014, las
declaraciones ‘desesperadas’ del Ministro de Economía, quien ha dicho
que intentará controlar la inflación combatiendo el agio
y la especulación (al mejor estilo de G. Moreno, el autoritario ex Secretario
de Comercio de Argentina) no hacen más que confirmarnos que tendremos problemas
inflacionarios que el gobierno tratará de capear hasta que pasen las
elecciones. Cualquiera que sea el resultado, es muy probable que el próximo gobierno
decida retirar circulante para controlar la inflación mediante un ‘gasolinazo’
o un ‘impuestazo’.
No se trata de ser ortodoxos o alarmistas en el manejo de
la inflación, la cual podría tener una tasa “aceptable” de hasta un 7% en años
de alto crecimiento económico, como sucede actualmente en nuestro país. Sin
embargo, preocupan las experiencias de Venezuela y Argentina, los dos países
con los que el gobierno tiene mayor afinidad ideológica y que bien podrían ser considerados
sus modelos a seguir. En estos países se ha llegado a un punto de "no
retorno" en donde la inflación se ha descontrolado debido a una reacción tardía
en el caso argentino o a medidas nada eficaces en Venezuela.
Por otro lado, aunque los funcionarios del gobierno traten
de comunicar que la medida es en beneficio de la clase trabajadora, el Doble
Aguinaldo es una medida regresiva en cuanto a redistribución del ingreso porque
beneficia a una minoría laboral. En nuestro país la mayoría de los trabajadores
son ‘cuentapropistas’, empresarios unipersonales o ‘sub-empleados’, quienes no
reciben ni siquiera un solo aguinaldo. En cambio, lo que sí nos afectará a
todos sin distinción es la inflación, que afecta a los más pobres porque éstos
utilizan una mayor proporción de sus ingresos en el consumo, a diferencia de
los de mayores ingresos, quienes tienen opciones de ahorro e inversión para
protegerse de la inflación: es por eso que la inflación es conocida como el
impuesto a los pobres porque les quita mayor poder adquisitivo, proporcional a
sus ingresos.
Los economistas tratamos de analizar las políticas
públicas desde una óptica económica pero en este caso, al no encontrar una
fundamentación teórica, debemos recalcar que se trata de una medida netamente
política que intenta ganar votos de las clases medias asalariadas, principalmente
de la cruceña, donde el MAS quiere sumarlos. Por eso es necesario informarnos
para poder elegir lo mejor para nuestro futuro y no solo para la próxima
navidad.
*Economista.
Twitter: @DarioMS_Ekomos
No hay comentarios:
Publicar un comentario